LA ISLA DEL PORTITXOL

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La isla del Portitxol y la Mona

Como una tortuga que tomase el sol varada en la cala y disfrutase de las aguas del Mediterráneo, encontramos así el islote del Portitxol. La cala de la Barraca, al lado de la cual se encuentra la isla, fue des de antiguo un lugar en el que embarcaciones fenicias, romanas o de piratas y contrabandistas, en épocas más recientes, fondeaban.

En la actualidad la isla se encuentra deshabitada, sin embargo se han encontrado restos que nos hablan de una intensa ocupación durante la época romana. Debieron de ser los romanos quienes construyeron dos pequeños puertos artificiales para arribar a la isla. Hoy en día queda poco, algunos muros de bancales y otros que formaban edificios. El pintor de Xàbia Segarra Llamas la visitó en el año 1947 y nos dejó un relato en el que afirmaba que no era difícil encontrar paseando por aquel entonces, restos de metal, vidrio, cerámicas, tejas o piedras de pavimento. Incluso afirmaba que los restos de estructuras que había, junto con elementos arquitectónicos como capiteles, revelaban la existencia de alguna vivienda noble o incluso de algún templo de alguna deidad romana. Ahora bien, parece complicado de imaginar que en este islote de 8 hectáreas residiera alguna familia patricia o que algún dios tuviese un santuario. Fuera más plausible por tanto, pensar en algún tipo de explotación económica.

aeria portitxol

Vista aérea de la isla en la que se pueden observar restos de estructuras y una casa de construcción reciente.

El geógrafo griego Estrabón (64 a.C-19 d.C) en su Geografía, nos habla de una ciudad llamada Hemeroscopeion, situada entre el río Sucron (probablemente el Xúquer) y la ciudad de Cartago Nova (Cartagena), esta ciudad tiene una pequeña montaña o promontorio del cual se extrae hierro. Así mismo cerca hay una laguna de sal y dos islotes llamados Planesia y Plumbaria, respectivamente, tal vez aquí el geógrafo nos hablase del Cabo de la Nau y del Cabo de Sant Martín, de la hoy desaparecida laguna del Saladar, de la isla del Portitxol y del islote de Ambolo, aunque todo esto son suposiciones.

Volviendo a la arqueología, Segarra Llamas continua contándonos que había dos enterramientos con lucernas, elementos que señalan una ocupación en época paleocristiana. Y desgraciadamente poco más conocemos sobre la ocupación de la isla. La volveremos a encontrar en una historia del obispo Gregorio de Tours (538-594) según la cual, durante una de las tantas guerras civiles visigodas, las tropas del rey Leovigildo atacaron un monasterio situado en un lugar indeterminado entre Sagunto y Cartagena. Los monjes corrieron a refugiarse en una isla cercana. Muchos en otros el historiador Roc Chabás, quisieron situar este breve episodio en Xàbia, de manera que la isla en cuestión fuese la del Portitxol, pero no se ha encontrado ninguna evidencia.

Por otra parte, los bancales de piedra seca con viñas y árboles frutales que aún se podían ver a principios del siglo XX, nos hablan de otro uso de la isla como lugar de explotación agrícola, en un periodo reciente en el que la tierra buena escaseaba y aquellos que tenían menos recursos, habían de vivir con tierras de menor calidad. La isla fue de la familia Cholbi hasta que fue vendida a la familia Quero en el siglo XVIII.

Para llegar al mirador de la isla, des del centro de Xàbia hay que coger la carretera del Cabo de la Nau-Pla y seguirla todo recto hasta encontrar la carretera del Portitxol.

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