Esta última etapa cubre los 8 kilómetros aproximados que median entre la Cruz del Portitxol y la Cruz del Portal del Clot, en el casco antiguo de Xàbia. Esta última parte, que recorre buena parte de la costa, nos permitirá disfrutar y solazarnos con las vistas del Mediterráneo.
Bajaremos desde la Cruz por la Carretera del Portitxol y en la primera curva que encontremos, giraremos a mano izquierda por el camino llamado de la Cala Blanca. Lo seguiremos todo recto hasta encontrar de nuevo la carretera. Antes pasaremos por delante del mirador de la Caleta, un excelente sitio para detenerse y contemplar el color nacarado de sus acantilados, que poco tienen que envidiar a los de Dover. Al bajar por la calle tomaremos precauciones puesto que se trata de un camino de doble sentido y un poco estrecho y podemos encontrarnos con otros vehículos. Cuando lleguemos a la carretera tomaremos la calle de la derecha, la calle Esparta.
Des de la Cruz (A) tomamos la carretera del Portitxol hacia abajo hasta llegar a una curva, giraremos a mano derecha por el camino de la Cala Blanca (B) y lo seguiremos todo recto hasta encontrar de nuevo la carretera, en donde torceremos a mano derecha por la calle Esparta.
Ya en la calle Esparta, avanzaremos unos 500 metros y a la tercera calle a mano izquierda doblaremos. Estaremos pues en la calle Atenas, que ha de llevarnos hasta el Arenal. Antes de llegar pero, nos encontraremos con la Séquia de la Nòria, estructura de ancestral memoria excavada sobre la piedra tosca. Sirvió para regular las aguas de las salinas, llamadas del Saladar, que hasta hace poco formaban parte del paisaje del Arenal. No en vano, esta parte de Xàbia era conocida también como la Albufereta. Así mientras avancemos por la calle Atenas, toda la vista que quedará a nuestra izquierda, son los restos de esta laguna litoral. Volviendo a la Séquia, la circulación del agua era controlada mediante compuertas de madera, a las que se les añadió una gran rueda en tiempos medievales (la noria que le da el nombre) que facilitaba enormemente esta tarea.
La Séquia de la Nòria
Vista del Saladar. (fuente: Xabiaaldia)
Por la calle Atenas (A) todo recto llegaremos hasta el Arenal (C), pero a medio camino podemos detenernos a contemplar los restos arqueológicos de la Séquia de la Nòria (B).
A medio camino por la calle Atenas, tropezaremos a mano derecha con una acequia, la Séquia de la Nòria, que llega hasta el mar, cruzando la carretera. He intentado aquí representar de manera un poco rústica, el trazado de la acequia.
Reanudando nuestro camino, continuaremos hasta llegar al Arenal, el núcleo de población turístico de Xàbia por excelencia. El Arenal ha sido poblado des de antaño, como lo demuestran los restos romanos que se conservan, pero el hecho de que hasta hace bien poco fuera un lugar pantanoso impidió el desarrollo de un verdadero lugar de población hasta décadas recientes. Por ello se trata más bien de un conglomerado de edificios, con mejor o peor gusto que tal vez adquieran interés arquitectónico en un futuro lejano. El edificio más destacado, por su tamaño sobre todo, es la Torre, bloque de apartamentos que se construyó sobre los restos desvencijados del hoy desaparecido Castillo de San Martín. El tal castillo era más bien un fortín para la defensa litoral, conocido también con el nombre de Castillo de la Fontana. Se edificó en época moderna y fue destruido a principios del siglo XIX por el ejército británico, durante la guerra de Independencia. Las tropas del rey Jorge III juzgaron que era una infraestructura que podían aprovechar los ejércitos napoleónicos y así la derribaron.
La Avenida de la Libertad es la principal arteria del Arenal y enlaza la Avenida de Ultramar con la Avenida del Mediterráneo. Nosotros continuaremos por la Avenida de la Libertad hasta que, un poco antes de cruzar el canal de la Fontana, encontraremos la próxima cruz. Ésta, que no se encuentra en su posición original, señalaba la intersección entre el camino del Montañar, el camino de la Fontana y el de la Cala Blanca.
Des de la calle Atenas (A) llegamos al Arenal y seguimos por la Avenida de la Libertad, pasando por delante de la cruz (B) hasta llegar a la Avenida del Mediterráneo (C).
Cruz del Arenal, detalle.
Cuando lleguemos a la avenida del Mediterráneo, podemos desviarnos a mano derecha para visitar los restos de la Punta del Arenal. Este rico yacimiento, tristemente expoliado, era una factoría romana con una pequeña villa dedicada a la icticultura o cría de peces para la elaboración . Aún pueden observarse algunas construcciones como dos grandes piscinas excavadas sobre la piedra tosca y que servían como vivero de peces. Tristemente una valla nos impide contemplar mucho más.
Volvemos a la carretera y avanzamos por la Avenida del Mediterráneo, que para la gente de Xàbia es conocida como la carretera del Muntanyar. Los dos kilómetros aproximados, que nos separan de nuestro destino, nos permitirán disfrutar del Mediterráneo y de una costa rocosa formada por piedra tosca. Un paisaje lunar de dunas de piedra calcárea fosilizadas por la acción del mar durante milenios. Observaremos como el agua y el viento han dibujado formas caprichosas sobre la piedras, mientras que otras son el resultado de la acción humana, teniendo en cuenta que esta costa era una cantera de la que se obtenían materiales para la construcción.
Des del Arenal (A) tenemos que seguir la carretera todo recto hasta llegar a Duanes de la Mar (B).
Duanes de la Mar es el barrio marinero de Xàbia. Su nombre se debe a la existencia pasada de una oficina para registrar la entrada de mercancías por el puerto y cobrar los impuestos pertinentes, una aduana. Esta aduana se apellidaba «del Mar» por oposición a aquellas otras que había en el pueblo. Este barrio se formó en las postrimeras del siglo XVIII y los inicios del siglo XIX, ya que al desaparecer la piratería, muchos pescadores se instalaron más cerca del puerto, que debía de existir des de tiempos medievales. Paralelamente empezaron a construirse almacenes para guardar los productos que arribaban y salían del puerto.
Viniendo por la Avenida del Mediterráneo, al cruzar el río Gorgos, continuamos todo recto por el paseo de la Marina Española. Pasaremos por delante de la Casa del Cable, antigua casa de telegrafía que comunicaba la península con la isla de Ibiza, fue reconstruida recientemente, con un más que dudoso estilo, para albergar un museo.
Continuando todo recto por el paseo, llegaremos a la Plaza del Alimirante Bastarreche. Aquí podremos observar la antigua cofradía de pescadores, reconvertida en oficina de turismo. En la plaza, si giramos a mano derecha podremos llegar hasta el puerto. Subiendo todo recto y girando a mano derecha a continuación, podemos contemplar la iglesia de la Virgen del Loreto. Esta iglesia fue construida en los años 60, siendo terminada en 1967. Se trata de un edificio único por su forma, que imita la quilla de una embarcación. Además el templo destaca junto con la casa parroquial anexa por su continuidad arquitectónica con el modernismo, estilo que en España se había perdido después de la guerra civil.
Si regresamos a la plaza y torcemos ahora a la izquierda, por la calle Cristo del Mar, llegaremos a una rotonda. En la rotonda tomamos la primera salida y escondida detrás de un barco, encontraremos la siguiente cruz. Ésta, que aún se encuentra en su posición original, se encuentra en el antiguo camino que comunicaba (y comunica) el puerto con el pueblo.
Desde la avenida del Mediterráneo, tomamos el paseo de la Marina Española (A), pasaremos por delante de la Casa del Cable (B). Seguimos todo recto hasta llegar a la Plaza del Almirante Bastarreche, pasaremos por delante de la oficina de turismo (C). En el cruce (D) podemos continuar hacia arriba y girando a mano derecha, hasta llegar a la Iglesia del Loreto (E) o podemos girar a mano izquierda por la calle Cristo del Mar y seguir todo recto hasta llegar a la rotonda. En la rotonda tomamos la primera salida y así llegaremos a la cruz (F).
Cruz del antiguo camino del mar.
Des de la cruz se nos presentan dos alternativas:
Opción A: si vamos a pie, podemos subir por el camino y disfrutar del paisaje de huertas y casas burguesas del siglo XIX. El camino sigue todo recto, enlazando con el Camí dels Bolufer hasta llegar a la calle Calderón. Aquí hay que girar a mano izquierda para llegar a la calle Cervantes. Continuamos subiendo por la avenida de Alicante y encontraremos la penúltima cruz, la del Portal de la Mar.
Opción A: a pie subiremos por el camino de la mar des de la cruz (A), enlazando con el camino dels Bolufer y con la calle Calderón (B), giraremos a mano izquierda y llegaremos hasta la calle Cervantes (C); desde aquí seguiremos por la avenida de Alicante hasta encontrar la cruz (D).
Opción B: si vamos en vehículo no podemos subir por el camino, puesto que es solo de una dirección. Tenemos que volver entonces a la avenida del Puerto y subir todo recto hasta llegar a la avenida de Alicante, donde se encuentra la próxima cruz, la del Portal de la Mar. Pasaremos por delante del Asilo Hermanos Cholbi, edificio que data de finales del siglo XIX. Aviso para navegantes: en su tramo final la calle tiene una fuerte pendiente de subida.
Opción B: si vamos en vehículo, des de la cruz (A), volvemos a la avenida del Puerto y subimos todo recto hasta encontrar la cruz (D), antes pasaremos por delante del Asilo Hermanos Cholbi (C).
El Asilo de los Hermanos Cholbi.
La Cruz del Portal de la Mar se sitúa en el camino que, des del pueblo, bajaba hacia el puerto. Como su nombre indica, también estaba situada fuera de la puerta que abría a levante la muralla. En la avenida podemos observar los pequeños palacios de la burguesía, construidos entre las últimas décadas del siglo XIX y los inicios del XX. Así mismo veremos la plaza del Loreto, espacio que antiguamente era ocupado por el oratorio de la Virgen del Loreto. A este lado de la puerta vivían también los pescadores con sus familias, antes de que la piratería dejase de ser una amenaza constante.
Esta cruz, que tenemos documentada des del siglo XVIII, fue construida en 1949, tal y como se puede comprobar en la misma cruz. Destaca sobre el resto de cruces por su profusa decoración con motivos vegetales, su tronco salomónico y la imagen de Jesucristo en la cruz.
Cruz del Portal del Mar
Detalle de la cruz
Ahora podemos perdernos entre las laberínticas calles del casco antiguo y visitar alguno de sus monumentos más emblemáticos como la iglesia de San Bartolomé o el Mercado Municipal. O podemos continuar hasta la última cruz, que se encuentra a unos pocos metros. Des de la cruz, tomamos la calle de la izquierda y giramos por la segunda calle a mano izquierda. Bajamos por la calle Roques y nos encontraremos ante la cruz del Portal del Clot.
Des de la cruz tomamos la calle de la izquierda (A), giramos en la segunda calle a mano izquierda y bajamos por la calle Roques hasta llegar al Portal del Clot y última cruz (B).
La cruz del Portal del Clot se encuentra en la puerta meridional del casco antiguo, la que se abría al valle del Gorgos y al arrabal de Sant Jaume. Esta cruz, que está desplazada de su posición original, la tenemos documentada des del siglo XIX.
Ahora si, es el momento de descubrir todo aquello que esconde el pueblo, después de un largo recorrido para conocer en mayor profundidad toda Xàbia, des de la montaña al mar, pasando por sus huertas y restos históricos que han ido dejando todos aquellos que nos precedieron y que hay que conservar.
Aitor Mahiques Bataller